viernes, 16 de noviembre de 2012

Salud y la importancia de hacer ejercicio

De todos es conocido que el deporte revierte numerosos beneficios sobre nuestro cuerpo a diferentes niveles, pero todavía hoy en día siguen existiendo muchos prejuicios, mitos, e  ideas erróneas que provocan que la practica que realizamos muchas veces no sea la apropiada para nosotros.
Cuántas veces no hemos escuchado eso de… “si tienes mal la espalda, haz natación”, “si duele estirándose… es bueno”, “cuanto más sudas más adelgazas”, etc...
¿Qué debo hacer? ¿Dónde debo hacerlo? ¿Cómo debo hacerlo? ¿Por qué debo hacerlo?
Siempre que hagamos ejercicio físico, del tipo que sea, debemos estar seguros de que esa actividad nos beneficia y realmente está adaptada a nuestros objetivos y necesidades. Para ello debemos estar asesorados por un profesional que nos guie y nos indique lo mejor para nosotros.
En la mayoría de los casos, por nuestro ritmo de vida y hábitos, sometemos el cuerpo a estrés y agresiones externas (entiéndase agresión externa como elemento que influye negativamente sobre el cuerpo, tanto psicológicamente como físicamente) que nos alteran y que sin darnos cuenta, van deteriorando y empeorando nuestra condición física, acelerando el envejecimiento y la falta de fuerza y energía para realizar nuestras actividades de la vida cotidiana.
Algo que me llama mucho la atención, estamos acostumbrados a llevar el coche a revisión cuando toca, incluso nos adelantamos para prevenir averías! Pero… ¿nos planteamos llevar nuestro cuerpo a Revisión?
Esto puede sonar disparatado, pero cada vez son más los casos en los que descubrimos que “tenemos algo” o “no estamos tan bien” cuando queremos hacer un esfuerzo y notamos que el corazón se acelera anormalmente”, nos fallan las fuerzas, nos mareamos, incluso se dan casos como algún deportista de elite que fallece por fallo en el corazón mientras competía, por no saber que tenía una patología.
En mi opinión, nadie debería descubrir que le ocurre algo mientras hace deporte, es más, deberíamos hacer algo y poner de nuestra parte para prevenirlo. Al igual que no esperamos que se rompa el motor del coche… no debemos esperar a que se rompa el de nuestro cuerpo, y para ello no hay mejor forma de hacerlo que manteniendo un habito de vida saludable, comer bien, descansar, y sobre todo HACER ALGUN TIPO DE ACTIVIDAD FISICA PERIODICAMENTE.
En realidad, si tuviéramos un fármaco que tuviera los mismos efectos que la actividad física, y que tuviera tan pocos efectos secundarios, se lo recetaríamos a todo el mundo”
                                                                                           Valentín Fuster (Bcn 1943)
Cardiólogo, Director del instituto               Cardiovascular del hospital Mount Sinai de Nueva York

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