El hecho de hacer
cualquier tipo de actividad física, del tipo que sea, con una cierta
constancia y a ciertos niveles de intensidad, conlleva que observemos
ciertos cambios en nuestro cuerpo a diferentes niveles, fisiológicos,
psicológicos, motrices, etc…
Esto es muchas veces interpretado de
forma subjetiva y da lugar a falsas creencias o mitos que
son transmitidos de boca en boca y que acaban implantándose en la
sociedad muy fácilmente.
La mayoría de las veces estos “mitos”
son propiciados por un motivo económico y de marketing que se basa
en crear unas falsas esperanzas que nunca llegan a conseguirse, lo
cual provoca el desanimo y la frustración de muchas personas, y en
algunos casos hasta riesgos para la salud.
Por ello, insisto, es vital que nos
aseguremos con quien trabajamos, qué materiales utilizamos, y si
realmente lo que hacemos es lo que se ajusta a nuestros objetivos y
necesidades.
Aquí os dejo algunos de esos mitos que
aún escuchamos por ahí y que debemos ir cambiando:
1. SUDAR ADELGAZA.
El sudor, está compuesto
principalmente por agua y sales minerales, las cuales son expulsadas
del organismo mientras sudamos. Con frecuencia, una gran sudoración
se asocia a la pérdida de peso, lo cual es una idea errónea. En
contra de esta falsa creencia, al eliminar líquidos perdemos peso,
pero es inmediatamente recuperado en el momento en el que bebemos
agua o cualquier otra bebida, ya que en ningún momento la sudoración
va asociada a la cantidad de grasas que se metabolizan en el cuerpo.
Al hacer ejercicio el cuerpo aumenta su temperatura considerablemente
la cual es regulada por el sudor, que actúa como mecanismo
“refrigerante” del organismo, mediante la transpiración, es
decir que cuando sudamos en grandes cantidades corremos el riesgo de
deshidratarnos, y poner en peligro nuestra salud.
2. AL DEJAR DE ENTRENAR EL MUSCULO
SE CONVIERTE EN GRASA.
El musculo y la grasa son tejidos
totalmente diferentes, con funciones diferentes y que no pueden
transformarse uno en otro porque sí.
Cuando una persona está entrenada su
metabolismo basal suele ser elevado, al disminuir su actividad, masa
muscular y gasto calórico también se reducen. Si mantenemos una
ingesta similar, es normal que se almacene más grasa que antes.
Frecuentemente, al no disminuir el tamaño de la persona pero sí
cambiar su composición, el aspecto es que se han transformado los
músculos en grasa, cuando simplemente han disminuido unos para
aumentar los niveles de otros.
3. SI TIENES PROBLEMAS DE ESPALDA,
HAZ NATACION.
Está claro que la natación es uno de
los deportes más completos que hay, pero también tiene sus
contraindicaciones, sobre todo si tenemos algún tipo de patología
en la espalda.
Por ejemplo, una persona con hernias a
nivel cervical puede sufrir daños si realiza la respiración
bilateral de crol, la continua flexo-extensión de cuello en braza o
mariposa, o la tensión que se acumula en el cuello al nadar a
espalda para mantener las vías respiratorias fuera del agua.
El agua tiene infinitas propiedades
beneficiosas para este tipo de casos, y hay infinidad de ejercicios
en el agua para cada caso en concreto, pero no siempre la NATACION
como tal es lo que necesitamos.
4. TOMAR PROTEINAS NOS HACE MAS
FUERTES Y MAS GRANDES.
Está comprobado científicamente que
la ingesta elevada de proteínas por sí misma no induce a ninguna
mejora del rendimiento, sin embargo si puede provocar varios riesgos
para el organismo.
Cuando el cuerpo ha cubierto sus
necesidades de proteínas, expulsa el resto por medio de la orina,
aumentando considerablemente el trabajo en los riñones entre otros,
que deben filtrarlas y expulsarlas al exterior. Este exceso de
trabajo puede provocar la aparición de lo que comúnmente se conoce
como “piedras” en el riñón.
5. HACER ABDOMINALES ADELGAZA.
Existe la creencia de que se puede
quemar la grasa localizada, bien con ejercicios específicos de
algunas zonas, o con cremas adelgazantes y aparatos “quema grasas”.
El cuerpo distribuye la grasa en
diferentes zonas del cuerpo y las metaboliza según sus necesidades,
pero siempre de una forma global. No selecciona de donde quiere
perder la grasa.
Si no hacemos ejercicio aeróbico para
metabolizar grasas y hacemos ejercicios de tonificación específicos,
fortalecemos esa zona y en algunos casos (según el ejercicio)
aumentamos el tamaño del musculo, pudiendo vernos hasta con más
volumen que antes.
6. AGUA Y AZUCAR CONTRA LAS
AGUJETAS.
Las agujetas son microtraumatismos
(inflamación y a veces microrroturas) que se producen en las fibras
musculares tras la realización de ejercicios de intensidad.
El agua y el azúcar no tienen
propiedades reparadoras ni antiinflamatorias, con lo que su acción
sobre las agujetas es nula.
Lo que debemos hacer es hacer
entrenamientos regenerativos que fomenten el riego sanguíneo en la
zona, de lo contrario podemos sufrir distensiones musculares o
roturas fibrilares.
7. SI UNA CHICA HACE PESAS TENDRÁ
UN CUERPO DE CHICO.
El entrenamiento con pesas y el
ejercicio con resistencias tienen infinidad de objetivos, pudiendo
suponer el aumento o NO, de la masa muscular.
Un correcto entrenamiento de pesas
puede permitir aumentar nuestra fuerza y tono muscular, sin necesidad
de aumentar el volumen ni parecer un culturista.
Para llegar a esos niveles, habría que
entrenar muchas horas al día, de forma muy específica, seguir
dietas muy estrictas y tener una genética apropiada.
Un buen entrenador te ayudará a
entrenar con pesas, mejorar tu condición física y no aumentar tu
tamaño muscular.
8. NO BEBER AGUA PARA EVITAR EL
“FLATO”.
Aunque existen diferentes estudios
sobre la aparición del durante la realización del ejercicio, la más
respaldada por los científicos es la de que los músculos
respiratorios (diafragma, serratos e intercostales) pasen de un
estado de reposo a uno de actividad intensa, en la que se produce una
necesidad elevada en el aporte de oxigeno y nutrientes. Puesto que al
hacer ejercicio se movilizan grandes grupos musculares que demandan
mayor flujo de sangre y el ajuste no es inmediato, esta zona debe
trabajar sin esos nutrientes, lo cual puede provocar dolores y
dificultad respiratoria, obligándonos en ocasiones a detener el
ejercicio.
9. CUANTO MAS GRANDE SOY, MAS FUERZA
TENGO.
Es normal que tengamos esta idea, y
asociemos un tamaño muscular grande con fuerza.
Esto es erróneo, puesto que la
hipertrofia muscular se consigue con métodos de entrenamiento que no
persiguen el aumento de la fuerza máxima.
Un musculo puede ser mas eficiente si
recluta más fibras musculares que uno de mayor tamaño que trabaje
con la mitad de ellas.
Todo está en el tipo de entrenamiento
que se haga.
10. CUANTO MAS ENTRENO, MAS MEJORO.
Al entrenar, el cuerpo está en
constante adaptación y mejora, obteniendo beneficios y resultados
constantemente, sobre todo en los inicios al entrenamiento.
Si siempre hacemos el mismo ejercicio o
tipo de entrenamiento, nuestro cuerpo se adaptará y frenará su
mejora. Es por ello que hay que cambiar constantemente el estimulo y
la forma de entrenar.
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