miércoles, 21 de noviembre de 2012

Falsos Mitos en el Deporte


El hecho de hacer cualquier tipo de actividad física, del tipo que sea, con una cierta constancia y a ciertos niveles de intensidad, conlleva que observemos ciertos cambios en nuestro cuerpo a diferentes niveles, fisiológicos, psicológicos, motrices, etc…
Esto es muchas veces interpretado de forma subjetiva y da lugar a falsas creencias o mitos que son transmitidos de boca en boca y que acaban implantándose en la sociedad muy fácilmente.
La mayoría de las veces estos “mitos” son propiciados por un motivo económico y de marketing que se basa en crear unas falsas esperanzas que nunca llegan a conseguirse, lo cual provoca el desanimo y la frustración de muchas personas, y en algunos casos hasta riesgos para la salud.
Por ello, insisto, es vital que nos aseguremos con quien trabajamos, qué materiales utilizamos, y si realmente lo que hacemos es lo que se ajusta a nuestros objetivos y necesidades.

Aquí os dejo algunos de esos mitos que aún escuchamos por ahí y que debemos ir cambiando:

1. SUDAR ADELGAZA.

El sudor, está compuesto principalmente por agua y sales minerales, las cuales son expulsadas del organismo mientras sudamos. Con frecuencia, una gran sudoración se asocia a la pérdida de peso, lo cual es una idea errónea. En contra de esta falsa creencia, al eliminar líquidos perdemos peso, pero es inmediatamente recuperado en el momento en el que bebemos agua o cualquier otra bebida, ya que en ningún momento la sudoración va asociada a la cantidad de grasas que se metabolizan en el cuerpo. Al hacer ejercicio el cuerpo aumenta su temperatura considerablemente la cual es regulada por el sudor, que actúa como mecanismo “refrigerante” del organismo, mediante la transpiración, es decir que cuando sudamos en grandes cantidades corremos el riesgo de deshidratarnos, y poner en peligro nuestra salud.

2. AL DEJAR DE ENTRENAR EL MUSCULO SE CONVIERTE EN GRASA.

El musculo y la grasa son tejidos totalmente diferentes, con funciones diferentes y que no pueden transformarse uno en otro porque sí.
Cuando una persona está entrenada su metabolismo basal suele ser elevado, al disminuir su actividad, masa muscular y gasto calórico también se reducen. Si mantenemos una ingesta similar, es normal que se almacene más grasa que antes. Frecuentemente, al no disminuir el tamaño de la persona pero sí cambiar su composición, el aspecto es que se han transformado los músculos en grasa, cuando simplemente han disminuido unos para aumentar los niveles de otros.

3. SI TIENES PROBLEMAS DE ESPALDA, HAZ NATACION.

Está claro que la natación es uno de los deportes más completos que hay, pero también tiene sus contraindicaciones, sobre todo si tenemos algún tipo de patología en la espalda.
Por ejemplo, una persona con hernias a nivel cervical puede sufrir daños si realiza la respiración bilateral de crol, la continua flexo-extensión de cuello en braza o mariposa, o la tensión que se acumula en el cuello al nadar a espalda para mantener las vías respiratorias fuera del agua.
El agua tiene infinitas propiedades beneficiosas para este tipo de casos, y hay infinidad de ejercicios en el agua para cada caso en concreto, pero no siempre la NATACION como tal es lo que necesitamos.

4. TOMAR PROTEINAS NOS HACE MAS FUERTES Y MAS GRANDES.

Está comprobado científicamente que la ingesta elevada de proteínas por sí misma no induce a ninguna mejora del rendimiento, sin embargo si puede provocar varios riesgos para el organismo.
Cuando el cuerpo ha cubierto sus necesidades de proteínas, expulsa el resto por medio de la orina, aumentando considerablemente el trabajo en los riñones entre otros, que deben filtrarlas y expulsarlas al exterior. Este exceso de trabajo puede provocar la aparición de lo que comúnmente se conoce como “piedras” en el riñón.

5. HACER ABDOMINALES ADELGAZA.

Existe la creencia de que se puede quemar la grasa localizada, bien con ejercicios específicos de algunas zonas, o con cremas adelgazantes y aparatos “quema grasas”.
El cuerpo distribuye la grasa en diferentes zonas del cuerpo y las metaboliza según sus necesidades, pero siempre de una forma global. No selecciona de donde quiere perder la grasa.
Si no hacemos ejercicio aeróbico para metabolizar grasas y hacemos ejercicios de tonificación específicos, fortalecemos esa zona y en algunos casos (según el ejercicio) aumentamos el tamaño del musculo, pudiendo vernos hasta con más volumen que antes.

6. AGUA Y AZUCAR CONTRA LAS AGUJETAS.

Las agujetas son microtraumatismos (inflamación y a veces microrroturas) que se producen en las fibras musculares tras la realización de ejercicios de intensidad.
El agua y el azúcar no tienen propiedades reparadoras ni antiinflamatorias, con lo que su acción sobre las agujetas es nula.
Lo que debemos hacer es hacer entrenamientos regenerativos que fomenten el riego sanguíneo en la zona, de lo contrario podemos sufrir distensiones musculares o roturas fibrilares.

7. SI UNA CHICA HACE PESAS TENDRÁ UN CUERPO DE CHICO.

El entrenamiento con pesas y el ejercicio con resistencias tienen infinidad de objetivos, pudiendo suponer el aumento o NO, de la masa muscular.
Un correcto entrenamiento de pesas puede permitir aumentar nuestra fuerza y tono muscular, sin necesidad de aumentar el volumen ni parecer un culturista.
Para llegar a esos niveles, habría que entrenar muchas horas al día, de forma muy específica, seguir dietas muy estrictas y tener una genética apropiada.
Un buen entrenador te ayudará a entrenar con pesas, mejorar tu condición física y no aumentar tu tamaño muscular.

8. NO BEBER AGUA PARA EVITAR EL “FLATO”.

Aunque existen diferentes estudios sobre la aparición del durante la realización del ejercicio, la más respaldada por los científicos es la de que los músculos respiratorios (diafragma, serratos e intercostales) pasen de un estado de reposo a uno de actividad intensa, en la que se produce una necesidad elevada en el aporte de oxigeno y nutrientes. Puesto que al hacer ejercicio se movilizan grandes grupos musculares que demandan mayor flujo de sangre y el ajuste no es inmediato, esta zona debe trabajar sin esos nutrientes, lo cual puede provocar dolores y dificultad respiratoria, obligándonos en ocasiones a detener el ejercicio.

9. CUANTO MAS GRANDE SOY, MAS FUERZA TENGO.

Es normal que tengamos esta idea, y asociemos un tamaño muscular grande con fuerza.
Esto es erróneo, puesto que la hipertrofia muscular se consigue con métodos de entrenamiento que no persiguen el aumento de la fuerza máxima.
Un musculo puede ser mas eficiente si recluta más fibras musculares que uno de mayor tamaño que trabaje con la mitad de ellas.
Todo está en el tipo de entrenamiento que se haga.

10. CUANTO MAS ENTRENO, MAS MEJORO.

Al entrenar, el cuerpo está en constante adaptación y mejora, obteniendo beneficios y resultados constantemente, sobre todo en los inicios al entrenamiento.
Si siempre hacemos el mismo ejercicio o tipo de entrenamiento, nuestro cuerpo se adaptará y frenará su mejora. Es por ello que hay que cambiar constantemente el estimulo y la forma de entrenar.

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